miércoles, 5 de mayo de 2021

LIBRO EDUCACION AMBIENTAL EDUCACIÓN AMBIENTAL CAPITULO 1.

 

CRISIS AMBIENTAL Y EMERGENCIA DEL CONCEPTO DE AMBIENTE


En este primer capítulo, nos abocaremos a trabajar sobre tres ejes que consideramos básicos en Educación Ambiental y que contribuirán a nuestra comprensión de la configuración del campo de lo ambiental: 1- La Crisis ambiental como crisis civilizatoria 2- La construcción del concepto de ambiente 3- Las bases conceptuales para el pensamiento complejo Entendemos que es fundamental abordar estas dimensiones tanto para la gestión y planificación, como para los procesos de enseñanza aprendizaje. 


1. La crisis ambiental como crisis de civilización 

Antecedentes para armar la noción de crisis 

“La crisis ambiental se hace evidente en los años sesenta, reflejándose en la irracionalidad ecológica de los patrones dominantes de producción y consumo, y marcando los límites del crecimiento económico”. 

 Comenzaremos el análisis focalizando el mismo a partir de conocer quiénes fueron los que hicieron evidentes dicha crisis y las profundas consecuencias sociales e institucionales que le siguieron. Serán objeto de análisis en el capítulo 6, aspectos referidos a lo que la hace evidente desde la descripción, interpretación y posicionamiento sobre los problemas y conflictos Crisis ambiental y emergencia del concepto de ambiente 15 ambientales, los actores, intereses involucrados y consecuencias para el futuro. 

Resulta importante mencionar dos textos que contribuyeron con los inicios de evidenciar la crisis ambiental y que ayudaron a comprender que no se trata solo de una crisis ecológica, en términos de pérdida y degradación ambiental, sino de una crisis más profunda que incluye los principios de la modernidad, como veremos luego, encarnado en el eurocentrismo, la racionalidad instrumental, el mecanicismo como paradigma de conocimiento, es decir, la crisis se plantea a nivel civilizatorio. 

El primero de ellos, “concebido por su autora como una llamada de alerta o un grito de atención, el ensayo que con el título Primavera Silenciosa publica Carson2 en los inicios de la década del sesenta, constituyendo una de las referencias más emblemáticas para el tardío, y desde entonces, convulso despertar de la conciencia ecológica mundial (…) Por primera vez en la historia del mundo –denunciaba Carson– todo ser humano está ahora sujeto al contacto con peligrosos productos químicos, desde su nacimiento hasta su muerte”. 

El otro texto, puede considerarse como la primera declaración ambientalista. Se trata de la “Ética de la Tierra” de Aldo Leopold que se formó como ingeniero forestal. Mas tarde, utilizó la biogeografía y la ecología de sistemas, así como sus dones literarios y su aguda observación de la vida silvestre, para mostrar que los bosques tenían varias funciones: el uso económico y la preservación de la naturaleza (es decir, tanto la producción de madera como la vida silvestre). 

En el planteo de la crisis a nivel civilizatorio se destacan también tres vertientes que son complementarias y contribuyen con la visibilización de los problemas ambientales y la relación de estos en términos de crisis ambiental: 

a) en el campo de la sociedad civil, los denominados Nuevos Movimientos Sociales (NMS), en particular los ecologistas; Unidad de Coordinación de Educación Ambiental 16 

b) en el ámbito científico, el informe denominado “Los límites del crecimiento”, que fuera encargado por el Club de Roma6 al Instituto Tecnológico de Massachussets; 

c) en el espacio gubernamental: la Conferencia de Estocolmo del año 1972, ya que el proceso de denuncias generalizadas terminarán impactando en los Estados Miembro de las Naciones Unidas, quienes iniciarán una serie de reuniones en las que se abordan las críticas relaciones entre degradación ambiental y formas de desarrollo. 

a) Sobre los Nuevos Movimientos Sociales: 

Un primer rasgo identificatorio de los NMS es que pertenecen a las sociedades industriales avanzadas, que se desarrollaron en casi todos los países de occidente a partir de mediados los años sesenta, siendo 1968 una fecha emblemática para esta movilización social. Son los movimientos de protestas estudiantiles, el nuevo movimiento feminista, nuevos movimientos urbanos, el movimiento antinuclear y los movimientos ecologistas. 

Dos elementos ideológicos comunes de estos movimientos que se desarrollan desde el 68 en toda Europa Occidental y en algunos países latinoamericanos son sus proclamas por la supervivencia y por la emancipación. Al respecto, los NMS “… intentan defender el derecho a la autodeterminación contra las megatecnologías y contra formas de cientificismo que llevan a concentrar el poder de decisión en manos de una tecnocracia cuya especialización sirve a menudo como legitimación a los poderes económicos y sociales. Estas luchas contra la profesionalización, la tecnocratización y la monetarización son formas particulares de una lucha fundamental por la emancipación”. 

La noción de “supervivencia”, surge de la denominada crisis de civilización, manifiesta en una amplia gama de crisis tales como, crisis de la modernidad, crisis de racionalidad, crisis ecológica, producto de una conciencia de los límites civilizatorios y esto constituye una novedad sustancial de estos movimientos. 

No se trata solo de los límites ecológicos, se trata también de los límites sociales y culturales. Los NMS son una reacción racional al catastrófico funcionamiento de las sociedades occidentales modernas. Por ello las luchas por la subsistencia resultan novedosas ante los nuevos tiempos de crisis, inéditos para el pensamiento iluminista. 

 “Existe esencialmente un vínculo ideológico que une a los miembros del núcleo de los movimientos pacifistas, ecologistas y feministas. Este vínculo tiene dos rasgos principales: una crítica humanista del sistema actual y la cultura dominante, en particular una preocupación profunda por las amenazas que se ciernen sobre el futuro de la especie humana; y la resolución por luchar por un mundo mejor aquí y ahora, con poca o ninguna propensión a escapar hacia algún tipo de refugio espiritual”. 

Estos movimientos dan prioridad a la sociedad civil por sobre el Estado. En la política de los movimientos sociales, el poder en sí mismo es redefinido, y ya no es visto como algo externo de lo cual hay que apoderarse, sino como una cualidad difusa y plural presente en el tejido mismo de la sociedad. En este contexto es interesante destacar algunas características y orientaciones que diferencian a los Movimientos Sociales de América Latina respecto de los movimientos de los países industrializados, entre ellas las siguientes: - La organización social ante la necesidad de subsistencia por las necesidades básicas no cubiertas, esto lleva a plantear las cuestiones sobre la relación entre tenencia de la tierra, producción de alimentos, trabajo campesino y reforma agraria; - La alfabetización (o las altas tasas de analfabetismo) será también un importante motivo de organización social (Pedagogía de la Liberación); - Refugiados ambientales (migración campo - ciudad y la proUnidad de Coordinación de Educación Ambiental  liferación de villas miserias); - Los movimientos ecuménicos denominados iglesias tercermundistas (Teología de la Liberación); - La reacción ante la interferencia directa de la política imperialista de EEUU en las políticas nacionales (situación que no ocurre en Europa); - Otro motivo de organización y movilización es la de padecer dictaduras genocidas alternadas con democracias débiles y de alta dependencia internacional; - Las marcadas clases sociales y el fracaso del estado de bienestar. 

En términos generales los movimientos sociales en América Latina, en particular los grupos ecologistas comienzan a organizarse en los años 80 una vez terminada la última dictadura militar. Esta hace que por un lado haya cierto retraso en el proceso de maduración de los grupos y por otro, que las referencias de acción en muchos casos son tomadas de los movimientos de los países centrales, en particular los antinucleares y ecologistas. 

Tenemos aún presente la resistencia a la instalación de un basurero nuclear en Gastre o la represa de Paraná Medio en la provincia de Entre Ríos. Hay también manifestaciones culturales que reflejan el emergente pensamiento ecologista como son las publicaciones: Expreso Imaginario y Mutantia. b) En el campo científico: De manera esquemática presentamos una lista de estudios llevado a cabo por diversos científicos. Es interesante plantear aquí que estas investigaciones y aportes teóricos nacen cuestionando las disciplinas de conocimiento “hegemónicas” (economía, ciencias políticas, naturales, física, química, historia) y los paradigmas dominantes que las legitiman, resistentes a las revisiones, así como a la internalización de la dimensión ambiental o la noción de crisis. 

Sobre fines de los 60 comienzan a Crisis ambiental y emergencia del concepto de ambiente 19 aparecer de manera marginal, críticas y revisiones que constituyen nuevos campos de conocimiento, como por ejemplo, la economía ecológica, la ecología política, las ciencias ambientales, historia ambiental, filosofía ambiental, derecho ambiental, entre otras.

Justamente desde estos campos se recogen los principales aportes de la ciencia para la construcción del pensamiento ambiental que se irá configurando con los aportes de los saberes culturales e históricos. - Keneth Boulding (1966)11, autor que acuña la metáfora de la “nave espacial tierra” señalando la necesidad de considerar al sistema económico en el marco de un sistema planetario cerrado y, por lo tanto, físicamente limitado; - Paul Ehrlich (1970 – 71) que actualiza los planteos maltusianos y apunta al crecimiento demográfico como factor crítico de un posible colapso ambiental; - Georgescu-Roegen (1971), quien establece las bases de una economía ecológica al teorizar sobre los procesos entrópicos resultantes de la producción industrial y del consumo masivo de combustibles fósiles; - Bárbara Ward y René Dubós (1972), que preparan uno de los primeros informes de síntesis sobre el estado ambiental del planeta; - Informe Funex, redactado para la Conferencia de Estocolmo de 1972, mostrando una estrecha dependencia entre los problemas ambientales y el desarrollo; - Club de Roma, desarrollan un diagnóstico prospectivo que recurren a modelos de simulación informática, ensayando con distintas hipótesis sobre la evolución de la civilización humana en base a cinco factores críticos: población, disponibilidad de alimentos, industrialización, reservas de recursos (renovables y no renovables) y contaminación. “en sus conclusiones se proyectaba la posibilidad de un colapso civilizatorio en la primera mitad del siglo XXI, como resultado de la superposición de creUnidad de Coordinación de Educación Ambiental 20 cimientos exponenciales en distintos parámetros del sistema (población, emisiones de CO2, y otros contaminantes, incremento en el uso de energía y de minerales) hasta sobrepasar la capacidad de un mundo físico finito para satisfacer las necesidades de la población mundial y para absorber los impactos sobre los principales componentes y ciclos de la biosfera. c) Ámbitos Gubernamentales: La amplia serie de denuncias provenientes de los NMS así como de algunos sectores académicos sobre la emergencia de múltiples problemas ambientales como consecuencia del desarrollo industrial impactó a nivel de las Naciones Unidas, desde donde se convoca a la Conferencia Intergubernamental sobre Medio Humano (Estocolmo, 1972) confirmando la preocupación por la salud ambiental del planeta. Es importante remarcar las tensiones que condicionaron el evento cuyo telón de fondo son momentos álgidos de la Guerra Fría.

El peso de América Latina es poco en este contexto, sacando la Revolución Cubana. “Ante la necesidad de definir mejor la posición latinoamericana frente a este nuevo ámbito de política (…) se criticó abiertamente el modelo de desarrollo dominante y se avanzó en la búsqueda de modelos alternativos que combatieran la desigualdad social que induce dicho desarrollo. 

Se cuestionó el consumismo de las naciones desarrolladas y la inequidad internacional, así como se insistió en la necesidad de considerar las características culturales y ecológicas de la región. Aquí la problemática ambiental es vista más como problemática socioeconómica, cultural y política que como problemática ecológica”. No obstante la Declaración de la Conferencia aparentemente presenta un tono neutro, “y un tanto ingenua tendiente a impulsar medidas voluntaristas en el sentido esperado16 lo cual es difícil de pensar en un contexto de alta conflictividad y disputas de intereses. La Declaración tampoco refleja las diferentes visiones sobre los problemas ambientales entre los países industrializados y los denominados “en vías de desarrollo” o Tercer Mundo. 

Para los primeros los problemas ambientales eran consecuencia del industrialismo, haciendo énfasis en una perspectiva ecológica de lo ambiental. Mientras que estos no son los problemas relevantes de los demás países, con fuertes problemas sociales, vinculados con pobreza, salud y escaso desarrollo industrial. Por otro lado países ricos en recursos naturales. La crisis ambiental como crisis social Dado estos antecedentes, es propio de nuestro tiempo el reconocimiento de múltiples y diversos problemas ambientales, que van de la escala global (cambio climático, pérdida de biodiversidad, capa de ozono, aguas internacionales, entre otros)a la local (contaminación, desertificación, pérdida de flora y fauna nativa, falta de espacios verdes, hacinamiento poblacional, entre muchos otros). 

Estos múltiples problemas “…cuyas manifestaciones han rebasado fronteras nacionales y muestran impactos de dimensiones planetarias”, no surgen de manera aislada sino que se articulan como emergentes de un sistema de desarrollo humano a nivel planetario que nos pone ante problemáticas de tal complejidad que resultan inéditas en la historia de la humanidad. Podemos caracterizar nuestro tiempo por los profundos cambios en el campo de las telecomunicaciones, la expansión del mercado (como ideología) y su impacto en la organización social (profundas modificaciones en los hábitos de consumo). “... la comprensión de esta crisis solo es posible si se ubica en el marco de una crisis de mayor amplitud, que afecta a los pilares básicos del proyecto civilizador de la modernidad; un proyecto en el que al tiempo que se constituye en una de sus principales manifestaciones, introduce importantes dosis de perplejidad (…) 

Esta desorientación en un contexto más amplio, nos lleva a ... la sensación que muchos de nosotros tenemos de haber sido atrapados en un universo de acontecimientos que no logramos entender del todo y que, en gran medida parecen escapar a nuestro control. En esta perspectiva, la crisis contemporánea es también una crisis de inteligibilidad. Crisis en definitiva que hace cada vez más visible la creciente distancia que existe entre lo que sería esencial comprender y las herramientas intelectuales y conceptuales necesarias para tal comprensión”. 

Por ello, “(…) en sociedades complejas, sometidas a la inestabilidad generada por cambios cada vez más rápidos, las crisis no son simples disfunciones temporales o espaciales de un sistema en evolución; más que eso, constituyen en el sentido radical del término, perturbaciones o desequilibrios que ha hecho del riesgo una de las categorías centrales de la experiencia contemporánea”. En este sentido, coincidimos con la claridad del Principio 2 del Manifiesto por la Vida donde se asume que “La crisis ambiental es la crisis de nuestro tiempo. No es una crisis ecológica, sino social. Es el resultado de una visión mecanicista del mundo que, ignorando los límites biofísicos de la naturaleza y los estilos de vida de las diferentes culturas, está acelerando el calentamiento global del planeta. Este es un hecho antrópico y no natural. La crisis ambiental es una crisis moral de instituciones políticas, de aparatos jurídicos de dominación, de relaciones sociales injustas y de una racionalidad instrumental en conflicto con la trama de la vida.”


Fuente: Autores Lic. Daniela García - Lic. Guillermo Priotto Colaboraron Deborah Sabogal - Natalia Irurita - María Abramovich-